MADRE LUISA PIRETTA
QUINTA ANIMADORA
PROVINCIAL (1922-1932).
MME
MME
Nació
en Picetto, Turín, el 8 de mayo de 1874.
Entró
al instituto a los 19 años, el 8 de octubre de 1892, en Nizza Monferrato.
Profesó
el 29 de noviembre de 1893.
En
México hizo su profesión perpetua, el 8 de febrero de 1896.
Murió
en Rodeo del Medio, Argentina, el 26 de diciembre de 1954.
Desempeñó diferentes cargos de
responsabilidad en la inspectoría mexicana y a nivel congregación:
Directora de la comunidad de Puebla (1907-1909),
Maestra de novicias (1910-1913),
Directora en México santa julia
(1914-1916),
Maestra de novicias (1916-1921),
Inspectora (1922-1932),
Maestra de novicias (1932-1933),
Directora en México (1933-1934).
Participó en el capítulo general en 1929
como Inspectora de México; y en 1934, como Delegada, terminado el cual, ya no
regresó a esta nación, la obediencia la destinó a tierras Magallánicas en
calidad de Maestra de Novicias (1934-1937), Inspectora (1937-1941), Directora
en Uribellarrea y en Altagracia, Argentina (1942-1946). Murió en Rodeo del
Medio, Argentina, el 26 de diciembre de 1954, a los 84 años de edad. Con ella
se extinguió la última lama de las seis antorchas que, en 1894, vinieron a
iluminar el campo educativo del México salesiano de las Hijas de María
Auxiliadora, con la luz del sistema preventivo de Don Bosco y las enseñanzas de
Santa María Dominga Mazzarello.
Importante figura para la historia del
México salesiano de las Hijas de María Auxiliadora. Fue una de las seis
fundadoras de la obra salesiana en México. Poseía grandes cualidades:
optimismo, mansedumbre, caridad, grande humildad, amor a Jesús, espíritu de
sacrificio, generosidad, piedad, celo por las almas, don de gentes, amor filial
a la congregación y a la virgen de Guadalupe a quien dedicó su labor misionera.
Fue muy querida por todos. Trabajó 40 años en nuestra patria. Soportó los
tiempos difíciles de la persecución y la confiscación de los colegios
(1926-1936). Sostuvo en las hermanas la fidelidad al espíritu y a las tradiciones
del instituto, a costa de grandes sacrificios. Mujer bondadosa, de fe
inquebrantable y de oración. La política
educativa se encontraba en crisis, por la lucha armada entre católicos y el
gobierno, con la aplicación de la Ley
Calles.
La presencia salesiana en México con sus
florecientes obras se vio interrumpida drásticamente por el conflicto religioso
de 1926. Bajo el tiempo de persecución
casi todos colegios fueron confiscados y las hermanas y las formandas fueron
enviadas a Cuba y Estados Unidos.
La llama no se apagó. Las hermanas que
se quedaron en el país defendieron el carisma frente a tantas agresiones:
perseguidas, humilladas, con los colegios cerrados, con poco auxilio
espiritual, nunca dejaron de trabajar por la juventud mexicana, aunque fuera en
un sótano mal oliente, en bodegas o en fábricas. El oro se acrisola en el fuego y la Hija de
María Auxiliadora de fe, la mujer fuerte capaz de dar la vida por Cristo y los
jóvenes se forja en el dolor.
Es bajo esta experiencia de dolor que se
erige canónicamente la Provincia “Ntra.
Sra. De Guadalupe” (28 de enero 1931) estando en el servicio de animación Madre
Luisa Piretta; quien siguiendo los lineamientos del Instituto y la autorización
de la Iglesia, procede a ordenar su erección canónica según las constituciones
y las especiales directivas tenidas de la Sagrada Congregación de los Obispos y
Regulares.
La Arquidiócesis de México envía una
comunicación donde se da la licencia y aprobación de las fundaciones de la
Congregación de la Hijas de María Auxiliadora establecidas en la Arquidiócesis,
se reconoce la fundación de la casa de Sta. Julia. Autorizada por Exmo.
Próspero María Alarcón.
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